Diferentes

Todos somos diferentes y es importante aceptarlo. No me refiero al sentido tradicional de aceptar las opiniones de los demás así difieran de las nuestras. Me refiero a aceptar las diferencias para saber que lo que funciona para alguien no funciona para todos. Que la forma en que otros ven el mundo difiere de la nuestra. Entender cómo son los demás y, sobre todo, cómo somos cada uno de nosotros nos ayuda a mejorar las relaciones y tomar mejores decisiones.

Estas diferencias pueden ser genéticas, de personalidad o simplemente venir de costumbres, pero conocerlas nos puede facilitar la vida.

Por ejemplo, está claro que no a todos nos gusta hacer lo mismo con nuestro tiempo libre. Hay personas que en la universidad preferían organizar noches de juegos de mesa, en vez de ir a fiestas. Otras que el fin de semana prefieren quedarse en la casa leyendo a salir a hacer deporte.

Conocernos y aceptar lo que realmente nos gusta nos ayuda a ser más felices. Nuestro tiempo es limitado; nuestro tiempo libre es todavía más limitado. Si, en vez de hacer lo que realmente nos gusta, hacemos lo que se supone que nos debería gustar no vamos a disfrutar nuestro tiempo libre.

Además de este tipo de diferencias, hay otras sobre las que Gretchen Rubin, una autora estadounidense, ha escrito mucho. Incluso sugiere clasificaciones que nos ayudan a entender cómo nos diferenciamos unos de otros:

Auto-aceptación

  • Los alquimistas (como yo antes) buscan formas de cambiar su naturaleza, no están satisfechos con ellos mismos y muchas veces hacen cosas que están en contra de lo que realmente son.
  • Los leopardos (como yo ahora) no intentan cambiar nada. Saben lo que son, lo que quieren y no se preocupan por lo que no son.

Compras

  • Los sobre-compradores (como yo, pero es una de las cosas en las que más estoy trabajando) compran más de lo que necesitan y siempre tienen repuestos de todo “por si acaso”. El consejo es que deben pensar mejor cada vez que compran algo, para estar seguros si es algo que realmente les va a generar valor.
  • Los sub-compradores muchas veces se quedan sin cosas que necesitan o están rodeados de cosas que no funcionan porque prefieren no comprar nada. El consejo para ellos es comprar lo que necesitan sin procrastinar.

Cambios

  • Los abstencionistas (como yo) tienen problemas para dejar de hacer algo después de que lo empezaron y no sienten tentación de hacer cosas que decidieron que estaban fuera de su alcance. Para ellos es todo o nada. Si prueban un poquito de chocolate, no paran hasta terminarse toda la chocolatina.
  • Los moderadores sienten pánico de pensar en no volver a hacer algo nunca más en su vida y hacen cambios graduales. Pueden comer solo un poquito de chocolate para satisfacer las ganas y no comer más.

Decisiones de Barry Schwartz (no se lo inventó Gretchen pero lo apoya y promueve)

  • Los maximizadores (como yo) investigan lo que más pueden y demoran sus decisiones hasta creer que ya exploraron hasta la última alternativa y que su decisión es la mejor sin duda alguna. A veces terminan sin tomar decisiones porque nunca consiguieron suficiente información para tomarlas.
  • Los satisfaccionistas toman decisiones con la primera alternativa que cumpla con sus requerimientos. Puede haber alternativas mejores para ellos, pero si encuentran una lo suficientemente buena la toman.

Expectativas

  • Los defensores responden tanto a expectativas externas como internas. Si alguien espera algo de ellos, lo hacen y si se ponen una meta, la cumplen.
  • Los interrogadores (como yo) cuestionan todas las expectativas. Solo las cumplen si creen que tienen sentido. Se puede decir que solo responden a las expectativas internas porque, al cuestionar las externas, lo que hacen es encontrar razones para interiorizarlas.
  • Los rebeldes resisten todas las expectativas, tanto externas como internas. Se enfocan en el presente y disfrutan sentirse libres y tomar sus propias decisiones. Cuando alguien los obliga a hacer algo, sienten el deseo de hacer lo contrario. Son muy buenos pensando “fuera de la caja” porque quieren diferir de los demás.
  • Los obligers (no encontré una buena forma de traducirlo) cumplen las expectativas externas, pero les cuesta cumplir las que se ponen para sí mismos. Si alguien espera que hagan algo, lo hacen; pero les cuesta hacer cosas para sí mismos. Piensan “¿qué tengo que hacer hoy?” y algo terrible para ellos es decepcionar a los demás.

Para mí, este último es el que más puede ayudarnos. Al parecer no soy el único que lo piensa porque Gretchen escribió un libro completo sobre esto. En este momento está en pre-venta así que no lo puedo recomendar todavía porque no lo he leído.

Lo que leyeron aquí son solo algunos ejemplos de las diferencias que hay entre las personas. Saber cómo somos nosotros mismos nos va a ayudar a tomar mejores decisiones. Yo dejé de fumar básicamente de un día para otro, después de 5 años de hacerlo prácticamente todos los días. Había intentado reducirlo muchas veces, pero nunca lo lograba. Solo lo logré el día que tomé la decisión y me comprometí a dejarlo de hacer completamente porque no generaba nada bueno en mi vida. Como abstensionista, la forma en que lo logré fue dejarlo de forma radical; y como interrogador, fue porque me comprometí conmigo mismo a dejar de hacerlo.

Ya sabiendo esto, sé que solo voy a dejar de hacer cosas cuando me comprometa a dejarlo radicalmente, sabiendo la razón por la cual lo hago.

Aunque no suene muy bonito, ya estoy clasificando en este tipo de términos a personas que conozco para hacer que mis interacciones con ellas sean mejores. Sabiendo que a un rebelde no hay que “obligarlo” a nada y que a un leopardo difícilmente va a cambiar, me da ideas de cómo cambiar la forma en que me expreso al hablar con personas específicas.