Educación

Hacemos muchas cosas sin pensar. Si nos fijáramos en cada cosa que hacemos, muchos de nosotros hacemos cosas sin pensar; y las hacemos de esa forma porque fue lo que nos enseñaron o porque así lo hacen las personas que conocemos.

Lo que sucede con esto es que todos somos diferentes y cada día es más fácil expresar nuestra individualidad y vivir como queremos. La posibilidad de hacer las cosas de forma diferente para adaptarnos a los nuevos entornos es muy importante, pero seguimos haciendo cosas que ya no son ideales.

Seguimos pensando que lo normal es ir al colegio y después a la universidad para poder conseguir un trabajo que nos permita mantenernos. Pero el mundo ya no funciona así. Cada vez hay menos trabajos y ese pensamiento de hacer “carrera” en una empresa ya no es realista.

Antes, estudiar era la elección segura. Ahora, es la más riesgosa. A pesar de esto seguimos creyendo que es lo que todos deberían hacer.

Si vamos a ver la satisfacción de las personas que trabajan en empresas, cada vez es menor. No podemos pretender que los jóvenes de 17 y 18 años sepan escoger una carrera a la que le van a dedicar el resto de su vida. A esta edad pocos sabíamos lo que queríamos hacer el resto de nuestras vidas. No conocíamos muchas opciones y las pocas que conocíamos terminaron siendo diferentes a lo que esperábamos.

El mundo está cambiando y ahora lo que necesitamos son personas que no le tienen miedo a fracasar, personas que se atreven a ser diferentes, personas con habilidades de ventas (bien sea para desarrollar un producto y venderlo o para saber vender sus habilidades).

Lo que hoy necesitamos es todo lo contrario a lo que nos enseñan en la educación tradicional. Esta educación fue diseñada para una época industrial donde lo importante era que las personas fueran obedientes y buscaran hacer las cosas de forma correcta, porque en las fábricas solo había una forma correcta.

En los colegios y universidades pretenden que todos seamos iguales, nos enseñan que equivocarnos es un problema y que debemos hacer lo que nos dicen.

El mundo cambió y en esta revolución de la información lo valioso es lo opuesto: no tener miedo a intentar hacer las cosas diferentes y a equivocarnos, de los errores se aprende; una personas más, que sea igual a las demás, no genera valor, ser diferente es importante; si nos limitamos a ser obedientes y a hacer lo que nos dicen únicamente, nunca vamos a contribuir nada nuevo a la sociedad.

Además, ya no es necesario que nos escojan para tener una buena vida. No dependemos de que nos contraten o que alguien nos acepte o nos diga que sí para poder hacer lo que queremos. Podemos aprender prácticamente cualquier cosa gratis en Internet; podemos escribir un libro y publicarlo en cualquier momento sin depender de un editor; podemos ser fotógrafos o cineastas sin que una productora nos acepte y nos deje usar sus cámaras.

Con cualquier teléfono inteligente moderno podemos ser fotógrafos, podemos ser músicos, podemos grabar una película o un documental. Con cualquier computador podemos ser escritores, diseñadores, programadores. El cielo es el límite. Tenemos todas las herramientas que necesitamos para hacer prácticamente cualquier cosa.

Y más importante que las herramientas, las barreras de entrada a cualquier industria son más bajas que nunca. Podemos publicar un libro con un par de clics en Amazon sin necesitar que nadie lo apruebe. Podemos hacer un vlog y que millones de personas vean nuestros videos sin que una cadena de televisión nos apruebe. Podemos grabar un documental y venderlo en Vimeo sin tener que buscar una sala de cine para mostrarlo.

Estos son solo algunos ejemplos, pero desde arquitectos hasta plomero pueden darse a conocer y hacer su trabajo sin intermediarios.

Muchos de nosotros no estamos aprovechando estas posibilidades porque nos enseñaron a que equivocarnos está mal; a tenerle miedo al fracaso; a que necesitamos la probación de los demás para hacer muchas cosas.

Esto ya no es así. Bienvenido a esta nueva era. El que no se adapte y siga creyendo que necesita un diploma y un trabajo para sobrevivir, está equivocado y pasará su vida andando en el camino más riesgoso. Escógete a ti mismo, desarrolla habilidades nuevas, no le tengas miedo al fracaso y pon tu trabajo ahí afuera. Esto es el presente; no vivas en el pasado.